Conectar con los estudiantes
- Gaceta UAQ
- 31 jul
- 3 Min. de lectura

Por su compromiso con la formación integral del estudiantado y su sensibilidad para enseñar desde la empatía y la cercanía, la Dra. Violena Hubenova Nencheva fue reconocida con el Premio Xahni 2025 por la Facultad de Informática de la UAQ. Nacida en Bulgaria y formada académicamente en Europa, su trayectoria la ha llevado a cruzar fronteras para convertirse en una docente admirada por su comunidad universitaria. Hoy, su historia es testimonio de cómo la vocación educativa puede florecer en cualquier lugar del mundo, siempre que haya una conexión con el acto de enseñar.
La Dra. Violena comenzó su camino académico en la Universidad de Economía Nacional y Mundial de Sofía, en Bulgaria, donde estudió la licenciatura en Finanzas. Posteriormente, realizó una maestría en Marketing en París, Francia, y concluyó su formación doctoral en la misma universidad búlgara en la que inició. Fue a través de un intercambio académico que conoció la UAQ, y desde hace poco más de cuatro años forma parte de la Facultad de Informática, donde imparte clases de marketing e inglés. Esta combinación de culturas y enfoques ha enriquecido su manera de comprender el aprendizaje y de compartirlo con sus estudiantes.
Su vocación por la enseñanza comenzó a revelarse durante sus estudios de posgrado, cuando ofreció una charla sobre Bulgaria a un grupo de estudiantes. Aquel momento sembró una certeza en ella: enseñar era una forma de dar algo valioso a los demás. Esta inquietud la llevó a estudiar el doctorado con la intención de dedicarse a la docencia, un camino que, en su país de origen, está profundamente vinculado a la formación pedagógica desde la investigación.
Inspirada desde la infancia por su abuelita, quien también fue maestra, la Dra. Violena ha cultivado una visión humanista. Cree firmemente que cada estudiante merece atención personalizada y que detrás de cada clase hay una oportunidad para conocer, comprender y apoyar a quienes tiene frente a ella. Su motivación diaria surge del deseo de dejar una huella en sus estudiantes, más allá de los contenidos académicos.
Uno de los mayores desafíos que identifica en la actualidad docente es la necesidad constante de actualización. En un mundo cada vez más cambiante, donde la tecnología y la información avanzan a ritmo acelerado, considera que el profesorado debe mantenerse al día para ofrecer a su alumnado herramientas pertinentes. Al interior del aula, su meta es conectar con las y los estudiantes, generar un aprendizaje significativo y, sobre todo, asegurarse de que lo que enseña permanezca con ellos a lo largo del tiempo.
Lo que más disfruta de su trabajo es el trato humano: escuchar a su grupo, entender sus necesidades y brindarles un acompañamiento cercano. Enseñar, en su caso, no es solamente transmitir conocimiento, sino también construir vínculos de confianza. Es por ello que, al enterarse de que recibiría el Premio Xahni, experimentó una profunda emoción. Para ella, el reconocimiento fue una confirmación de que su entrega y su enfoque sensible han sido valorados por su comunidad.
Además de los aprendizajes técnicos, procura inculcar en su alumnado valores como el respeto, el apoyo mutuo y la solidaridad. Asegura que ser buenos profesionales comienza por ser buenas personas, y por ello busca predicar con el ejemplo, mostrando siempre disposición para ayudar y orientar.
A las nuevas generaciones de estudiantes y docentes les deja un mensaje: “enseñar con el corazón”. Desde su perspectiva, el verdadero valor de la educación está en el acompañamiento integral, en la capacidad de brindar apoyo desde lo académico, pero también desde lo humano.
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