Los TCA y sus riesgos
- Gaceta UAQ
- 4 sept 2024
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Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son afecciones graves relacionadas con comportamientos alimentarios persistentes que afectan negativamente la salud física y mental de una persona. En este artículo, la M.C. Adriana Martínez Díaz, de la Facultad de Enfermería, nos comparte más al respecto.
Nuestra conducta alimentaria es la suma de acciones que llevamos a cabo en respuesta a diversos factores relacionados con la ingesta de alimentos. La alteración de esta puede originar Conductas Alimentarias de Riesgo (CAR), que se caracterizan por la práctica de dietas no saludables, atracones, sensación de pérdida de control al comer, conductas purgativas o restrictivas, ayunos, vómito autoinducido, abuso de laxantes y diuréticos, obsesión por el peso, las tallas, el ejercicio, entre otras.
Las CAR se manifiestan de manera similar a los Trastornos de la Conducta Alimentaria, sin embargo, su sintomatología es con menor intensidad y no cumplen con la frecuencia y duración como para establecer el diagnóstico. Por lo tanto, el mal manejo de una CAR puede desencadenar un TCA. Los TCA se clasifican en: anorexia nerviosa (AN), bulimia nerviosa (BN) y los no especificados, tales como la vigorexia, trastornos por atracón, entre otros.
La anorexia nerviosa se caracteriza por un continuo esfuerzo por perder peso, una percepción inadecuada de la imagen corporal, miedo al incremento de peso y la restricción de alimentos, lo que lleva a estos pacientes a tener un bajo peso corporal, llevándolos a estados en los cuales ponen en riesgo su vida por niveles de desnutrición severa. Familiares, amigos o maestros son los que notan cambios corporales en la persona y piden ayuda a profesionales.
La BN regularmente presenta episodios de atracones de comida acompañados de sentimiento de culpa y conductas compensatorias de control. Muchos pacientes que padecen BN tiene antecedentes de AN; la diferencia entre estos dos trastornos alimentarios es que el peso corporal de los pacientes se encuentra dentro de los límites normales o incluso los supera. Se utilizan diferentes medios para intentar compensar los atracones, siendo el más habitual la provocación del vómito; otras conductas son: uso excesivo de laxantes o de diuréticos, el ayuno y ejercicio físico muy intenso. Todas estas conductas son realizadas con el fin de no incrementar el peso.
El trastorno por atracón es similar a la BN, lo que los hace diferentes es que no se tiene un control extremo sobre el peso corporal y no existen conductas compensatorias, pero sigue presente el malestar corporal, la obsesión por la comida, el sentimiento de culpa, y una obsesión moderada con el peso corporal. Los pacientes que sufren este trastorno tienden a comer cantidades excesivas, con mayor velocidad y suelen sentirse desagradablemente llenos. Se puede sentir soledad y vergüenza.
Por otro lado la vigorexia o dismorfia muscular es una alteración de la imagen corporal por la que el paciente presenta una preocupación excesiva de aumentar la masa muscular a través de ejercicio, dietas desequilibradas e incluso consumo de diversas sustancias nocivas. Productos tales como suplementos alimenticios, insulina, esteroides y hormonas son de fácil acceso para la población. Este trastorno afecta principalmente a los hombres, siendo un desorden emocional elevado a la categoría de obsesión. La necesidad de adquirir la apariencia atlética lleva a estos pacientes a suprimir las grasas en su alimentación, así como a consumir proteínas y carbohidratos en exceso, desencadenando un desorden alimenticio que puede terminar en la muerte.
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